Cuatro amigos se reunían todos los sábados, a la hora de comer, en una cantina. Juanjo siempre llevaba su transistor para poder escuchar música. Tomás llevaba un termo con bebida. Carlos y Felipe levaban algunos periódicos del día. Un día en el comedor encontraron a Felipe muerto con una profunda herida en el cora¬zón. El dueño de la cantina llamó inmediatamente a la policía que interrogó a los tres amigos. Ninguno declaró haber visto algo.
Se realizó una minuciosa inspección, pero el arma homicida no apareció. ¿Qué había sucedido?
Arvaus!
Felipe fue asesinado por Tomás, quien llevó a la cantina una daga de hielo dentro del termo. La daga se derritió sin dejar huellas después del asesinato.
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